A raíz de la presente contingencia, se pronostica un declive en las exportaciones en México, ya que a finales del año pasado se reportaba ya con bajas.

La interrupción de las cadenas de suministro mundiales, la gran contracción en el crecimiento de Estados Unidos y los precios muy bajos del petróleo. En ese entorno se prevé que las importaciones también caigan a medida que el consumo baje.

Pero también los riesgos están en que no hay restricciones al libre flujo de capital, ya sea de cartera, inversión directa o movimientos bancarios. Por lo que cualquier cambio en las condiciones financieras mundiales se resiente en el país.

El banco estima una contracción de 4.5 por ciento en la economía mexicana que se concentre en el segundo semestre del año y crecimiento de 2.5 para 2021.